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Cuando se habla de introducir incentivos en la empresa, la conversación tiene a girar en a lo que cuestan y el presupuesto. Sin embargo, rara vez se mide el precio de no tenerlos, y ese coste oculto es mucho más alto de lo que parece: formación constante, rotación, desmotivación, pérdida de talento y menor rendimiento.
No reconocer a los empleados es una factura silenciosa que se paga cada día.
La fuga más cara
La rotación constante y tener que reemplazar a un empleado cuesta entre un 30% y un 200% de su salario anual, según estudios de HR Stacks – “The True Cost Of Employee Turnover (And How To Reduce It)”
La contratación, formación, adaptación y pérdida de productividad durante la transición de que entre y salga una nueva persona se acumulan en la cuenta de pérdidas.
Las empresas que no reconocen el esfuerzo ven cómo sus mejores profesionales son los primeros en irse. Y cuando se van los que aportan más valor, la factura no es solo financiera, se pierde conocimiento, sensación de equipo, continuidad y cultura.
La desmotivación
No siempre hace falta que alguien se marche para que la empresa lo haya perdido. Muchas veces la pérdida se produce dentro del puesto convirtiéndolo en apatía.
Un equipo que no se siente reconocido entra en modo automático y se limitan a cumplir lo básico, dejan de aportar ideas, de innovar y de implicarse en los objetivos.
Y hay que poner alarma en esto, porque un equipo desmotivado contagia al resto, puede erosionar el clima laboral y frenar avances.
Pérdida de talento
Las empresas que no tienen ningún tipo de plan de reconocimiento o incentivos no solo pierden a los que mayor talento tienen, también tienen más dificultad para atraer a nuevos talentos.
Las nuevas generaciones valoran tanto el reconocimiento como el salario, y no ofrecer programas claros de recompensa y motivación coloca a la compañía en desventaja frente al resto.
Ya no sólo se busca una satisfacción laboral instantánea, también la capacidad de construir un futuro sostenible con equipos comprometidos.
El cálculo del coste oculto
Aunque a final de año no aparezca reflejado los números hablan por sí solos:
- Una rotación elevada puede incrementar los costes de contratación y formación.
- La desmotivación puede reducir la productividad entre un 23%, según Gallup. (Lindauer)
- La pérdida de talento conlleva que proyectos se retrasen o fracasen por falta de impulso y conocimiento.
Motiva a tu equipo
En estos casos podemos ver cómo los incentivos no son un simple coste, sino una inversión estratégica.
Motivar y reconocer a las personas con experiencias, beneficios o premios es un mensaje de que su trabajo importa. Un mensaje que ayuda a multiplicar el compromiso, reducir la rotación y convertir a los equipos en embajadores de la propia empresa.
Las empresas que entienden esto son tienen equipos más estables, más productivos y más motivados, por ende, invierten menos rotación.
¿Qué coste tiene tu empresa en rotación, desmotivación y fuga de talento?
En SUPERINCENTIVOS ayudamos a las empresas a transformar el reconocimiento en resultados tangibles. Diseñamos programas que inspiran, motivan y fomentan los valores de la empresa, fidelizando el talento y aumentando la productividad.
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