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La serie The Office no solo nos ha dado risas, anécdotas y momentos incomodos… también es un máster (involuntario) en motivación laboral.
Michael Scott, con su mezcla de entusiasmo y caos, intentó todo tipo de incentivos para que el equipo de Dunder Mifflin funcionara. ¿Resultados? De todo tipo. ¿Lecciones? Muchas, y hoy vamos a analizar los incentivos más icónicos de la serie… y cómo los transformaríamos en verdaderas estrategias que funcionen en tu empresa.
Los «Dundies» — Premios absurdos pero que funcionan
Los Dundies eran una entrega anual de premios en el Chili’s local, con categorías absurdas como “Mejor peinado” o “El que más tiempo pasa en el baño”.
Si, lo sabemos, dan un poco de cringe… pero todos querían ir y echarse unas risas.
Entonces… ¿por qué funcionaban?
- Reconocimiento público.
- Humor (aunque a veces se pasaban).
- Genera cultura de equipo.
Ahora sí, ¿cómo lo mejoraríamos?
Nos gusta el objetivo de pertenencia, de equipo y de reconocimiento por lo que continuaríamos con el reconocimiento personalizado y le sumariamos un catálogo de premios, así pueden elegir y continuar siendo más personalizado.
Con SUPERPUNTOS o una GIFTCARD puedes premiar categorías más significativas (mejor compañero, logro del mes, actitud positiva) y dejar que cada persona elija su recompensa: una experiencia, una tarjeta regalo, una comida especial.
El reconocimiento al contrario que en la serie no tiene que ser incomodo, ni aburrido, pero sí personalizado.
Las fiestas de cumpleaños (y las de recursos humanos)
En la serie no les gustaba perderse una fiesta, pero no siempre acertaban, tanto que a veces se olvidaban del cumpleañero en su propia fiesta.
Y aquí si estas suscrito al blog de SUPER lo sabrás bien, pero la personalización es una de las claves en los incentivos, y lo que puede marcar la diferencia entre una buena o mala campaña.
¿Qué aprendemos de estas fiestas y por qué NO repetir?
- No había personalización.
- Se notaba que era por obligación.
- No había un motivo (objetivo) bien definido.
¿Cómo lo mejoraríamos?
Automatización de incentivos en fechas claves, una tarjeta regalo, supercodigo o un 2×1 en cine. Desde cumpleaños hasta el aniversario del trabajo, cualquier excusa, siempre que este acorde a los objetivos está bien pensado.
Y si quieres hacerlo aún más especial: permite que el equipo elija su premio. Así pasas de un regalo plantilla a un incentivo que motive.
Las metas de ventas (con premios misteriosos)
¿Qué hacen en The office? Concursos entre equipos con premios de todo tipo, como una cena, una medalla o una caminata con el jefe.
Pero nos enseña que no cualquier concurso y premio vale para motivar, estos deben de ir acompañados de una estrategia previa que reflejen claridad, normativa y seguimiento.
Además de premios atractivos, porque no todo vale, ni todo motiva.
¿Qué podemos hacer para mejorarlo?
Lo primero que debemos de tener claro es que estas estrategias deben de ir acompañadas de una normativa y transparencia clara.
Define reglas claras y objetivos medibles, y después puedes hacer premios por niveles, escalonando diferentes incentivos, desde una supertarjeta hasta una experiencia única.
Todo ello con transparencia y seguimiento.
El incentivo estrella de Michael: «Café con el jefe»
Si has visto la serie sabes que el premio más cotizado era el de un “coffee time” con Michael.
¿El problema? nadie lo quería.
No era una recompensa para el equipo… era un momento de ego del jefe.
Lo que refleja la falta de análisis, de escucha y de personalización.
¿Qué podemos hacer en su lugar?
Escuchar lo que quiere la audiencia seleccionada, no lo que quiere el que crea la campaña.
¿Quieres ir a saco? Pregunta qué quieren, qué les motiva. La personalización empieza por la empatía.
Desde acceso a cursos, hasta SUPERCINE o un día de spa… lo importante es que el incentivo tenga valor para quien lo recibe.
Moraleja Dunder Mifflin:
“Si lo vas a hacer… Hazlo bien”
La intención de Michael era buena, pero su forma de llevarlo acabo dejaba mucho que desear.
Hoy, con plataformas como SuperIncentivos, puedes hacer todo lo que él intentó, pero sin su toque cringe.
Reconocer. Motivar. Fidelizar.
Todo con incentivos bien diseñados, automatizados y con experiencias que sí se quieren repetir.
En conclusión, de The Office, podemos sacar que cuando los incentivos no están bien pensados no motivan, incluso pueden crear rechazo, pero también deja claro algo: todos queremos ser vistos, valorados y celebrados.
Si estás listo para dejar atrás las tazas corporativas y empezar a construir una cultura de reconocimiento real hablemos.
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